Fuerza Escénica

  El show continúa

  Escrito por: Allegra Mancha

Siempre faltan los pequeños detalles después de que se organizó un gran repertorio y coreografía y todo el paquete para que todo funcione sin olvidar las escenografías que de cierto modo son de mucha ayuda, pero… algo que necesita el bailarín para interpretar mejor su papel es el material de apoyo que tiene que portar el gran día de la función: el vestuario.

El vestuario ocupa un rol fundamental en la danza. Los bailarines utilizan ropa adherida al cuerpo para que sus movimientos puedan apreciarse con mayor facilidad.  El vestuario debe ser cómodo y, sobre todo, debe dejar marcado el cuerpo para poder ver y corregir los movimientos del mismo, prestando especial atención a brazos y piernas. Los vestuarios como decía ayudan al intérprete de acuerdo al papel que realizará entonces así justo será el traje, éste es parte del danzante como se mencionó, no debe de estorbar por eso es adherido al cuerpo.

Normalmente en las mujeres se ocupa al menos en la danza clásica el corsé, el tutú que por cierto en ningún momento debe maltratarse de lo contrario no de ese volumen que desprende y lo más importante las mallas y los zapatos, del color de acuerdo a la vestimenta.

Los hombres normalmente utilizan algo más sencillo que son las mallas, zapatos y chaleco, a menos que la coreografía requiera que el varón vista muy llamativo. Estos vestuarios obviamente no son realizados con cualquier tela...

Y que nada mejor que continuando con el musical del Ballet Moiseyev que iluminó el Teatro Metropolitan, convirtiéndose en una noche mágica, que trasladó a los asistentes a la Época Medieval, así como a la escenificación de la novela trágica de amor más leída en los últimos tiempos: “Romeo y Julieta”. El Ballet Moiseyev de la compañía Russian Classical Ballet fue el encargado de conmover al público asistente al trasmitir emociones y provocar sentimientos de dolor al no poder estar con el ser amado, con una magnífica interpretación mediante la expresión corporal, trayendo de un lado a otro los más puros sentimientos de todo ser humano, amor, ira, angustia, sufrimiento y pasión con una ejecución impecable.

Impactó con fuerza y una elegancia precisa y perfecta que en cada momento de la obra estuvo llena de sensibilidad majestuosa y sentimientos a flor de piel que despertaron los cuarenta bailarines en escena que lucían un vestuario diseñado especialmente para esta gira, trajes de gala de largos aterciopelados, Romeo y Julieta lucían radiantes con sus vestimentas blancas como la pureza de su gran amor. Los movimientos y las emociones expresadas en cada escena, de tonos melancólicos y trágicos, a la más dulce armonía musical conmoviendo el corazón de los allí asistentes.

Con un lleno total en sus dos funciones, el Teatro Metropólitan vibró, con las emociones de los asistentes y la fuerza y pasión del Ballet Moiseyev que entregó todo en el escenario para el público mexicano...

Por último después de haber apreciado semejante función, les menciono que uno de mis profesores favoritos de danza en jazz y ballet clásico; Roberto  Ruales Larrea asistió a la Facultad De Danza de la Universidad Veracruzana para dar clases de estas activas danzas, aplicando su estilo e imaginación y por supuesto talento.

El profesor tiene una academia en el D.F. donde imparte sus clases, lleva varios años consecutivos asistiendo a todas las facultades del país para dar una probada de sus conocimientos y habilidades en la danza.Vale la pena asistir a sus clases ya que uno entra caminando y sale bailando. Hay mucha disciplina y tiene un buena manera de hacer que los bailarines capten en el momento el movimiento y la técnica.

Los propios maestros de otros institutos y academias toman clase con él ya que después de todo un bailarín nunca deja de aprender. Roberto  Ruales Larrea ha mencionado la famosa frase entre los bailarines perteneciente a Martha Graham que dice: “el movimiento no miente”.